El descalabro de Airbnb arrastra a los anfitriones
El piso que tiene Bea en la calle Toledo, a tiro de piedra de La Latina, funcionaba muy bien en Airbnb. «Hasta que todo esto empezó y nos cancelaron todas las reservas. Del mes de marzo, del mes de abril y todas las que teníamos previstas para la temporada de verano», señala esta madrileña, que practica el alquiler vacacional desde 2017.