Cuando la tecnología se va de madre: Sartenes y colchones conectados a la red
Le regalé a mi madre un robot aspiradora. Son como una gran pastilla negra que se desliza por el suelo de la casa acabando con el polvo y la suciedad. Dicen que para los humanos es difícil empatizar con seres sin ojos, pero enseguida le cogimos cariño a este robot y mi madre hasta le puso un nombre: Cuquina.