Desigualdad de ingresos aumenta probabilidad de depresión emocional, según estudio del BID


Análisis comparativo entre países muestra que las personas en zonas urbanas son más propensas a estar deprimidas; la religiosidad reduce el riesgo de depresión

 

La desigualdad de ingresos puede aumentar la probabilidad de caer en la depresión emocional, particularmente entre los habitantes de zonas urbanas, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

El estudio, basado en un análisis de datos de 93 países tomados de la Encuesta Gallup de Opinión Pública de 2007, halló que la probabilidad de sufrir de depresión crece cuando aumenta la desigualdad de ingresos, medida por el índice GINI. Las personas que viven en zonas urbanas son más propensas a deprimirse que quienes habitan en zonas rurales, probablemente porque la disparidad es más perceptible en zonas urbanas. El estudio también encontró que el nivel de ingresos de los países, medido por el producto interno bruto per cápita, no afecta la probabilidad de depresión.

 

El estudio, A Cross-Country Analysis of the Risk Factors for Depression at the Micro and Macro Level», (Análisis comparativo entre países de los factores de riesgo para la depresión en los niveles macro y micro), encargado por el Departamento de Investigación del BID a los economistas Natalia Melgar y Máximo Rossi de la Universidad de la República de Uruguay, es el primero en ofrecer un amplio análisis comparativo entre países sobre el impacto de determinados factores ambientales, como el rendimiento económico, en la depresión emocional.

 

El documento forma parte de un trabajo de investigación sobre la calidad de vida en América Latina y el Caribe que lleva adelante el BID. La depresión es una de las enfermedades mentales más comunes en el mundo. Los trastornos psíquicos pueden costar tanto como 4 por ciento del PIB de un país, según la Organización Mundial de la Salud. El estudio de los factores que inciden en la depresión es importante para mejorar la calidad de vida y la felicidad de las personas. Para los gobiernos, esta información puede resultar sumamente útil para identificar grupos de riesgo y diseñar políticas de salud pública.

 

El estudio mide la probabilidad de que los ciudadanos de un país sean más propensos a la depresión que los ciudadanos de los Estados Unidos. Los investigadores utilizaron a los Estados Unidos como punto de referencia por la amplia disponibilidad de datos sobre depresión en ese país. Los ciudadanos de Etiopía, Corea del Sur y Bolivia tienen mayores probabilidades de estar más deprimidos que las personas en los Estados Unidos; mientras que los ciudadanos de Mauritania, Albania y Dinamarca aparecen como los que tienen menores probabilidades. Treinta y dos países no mostraron diferencias significativas de probabilidad en relación a los Estados Unidos.

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