Economía de experiencias, el no tan nuevo truco de cobrar por lo mundano
Si no lo subes a Instagram, ¿ha valido la pena? La respuesta correcta parece obvia: «No». Se supone que hay vida más allá de ese y los demás vórtices de imágenes donde vertimos nuestros mejores momentos. Y sin embargo, las partes de nuestra existencia que escapan de estos escaparates parecen cada vez más pequeñas. De acuerdo con Benjamin Schneider, esta sensación es resultado de una tendencia que empezó a emerger en los años sesenta.