Así pasamos de acumular documentos médicos en carpetas azules a la digitalización

By Frederic Llordachs

Había una vez un ciudadano, al que llamaremos B, que tenía la sana costumbre de ir al médico cuando se ponía enfermo. Cuando el médico no estaba accesible a corto plazo —de hoy para mañana— o si sufría un percance mayor, el ciudadano acudía al hospital, donde coincidía con otros tantos ciudadanos. Allí le atendían con mayor o menor premura según el grado de urgencia de su problema y en orden de llegada a igualdad de gravedad. Esto le podía comportar esperas, pero estaba razonablemente satisfecho.

Seguir leyendo.

De: https://elpais.com/retina/2019/06/10/tendencias/1560160904_241425.html#?ref=rss&format=simple&link=link

      

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *