Las ‘startups’ se rebelan contra el plástico
Comemos microplásticos. Aunque no los veamos, cuando el marisco y el pescado llegan a nuestra mesa, ahí están silentes para viajar por nuestro estómago. No se trata de que la dieta mediterránea se haya vuelto loca y su menú incluya ahora una ingesta recurrente; pero para los peces y otros animales forman parte de su alimentación diaria. “Afecta a los seres humanos porque los plásticos absorben toxinas. El 100% de los mejillones que hemos analizado contienen microplásticos. Esta contaminación no conoce fronteras. Invade también lagos, ríos, montañas y valles”, afirma Tod Hardin, director de operaciones de Plastic Oceans International. Ante esta situación, varias startups han izado la bandera en favor del medio ambiente como eje del negocio.