Un mesías cien años antes de Jesús
Cuando el emperador Tito destruye el segundo templo de Jerusalén en el año 70 después de Cristo, arrambla con candelabros de siete brazos y las trompetas de Jericó, y destruye valiosas fuentes documentales de Palestina. Ese año se levanta en la historia como un muro de silencio para los investigadores de los textos sagrados. El resto más antiguo después de esa fecha es ya del año 200, la Mishná. Con la destrucción de Jerusalén desaparecen también descripciones y muchas pruebas de la biodiversidad de sectas judías que poblaban Tierra Santa antes del singular éxito del judaísmo rabínico, del que deriva el actual, y de otra secta judía, el cristianismo.
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